Todos hemos escuchado chismes y sinopsis
callejeras de la obra más conocida de E.L. James: 50 sombras de Grey.
¿Quién puede evitar sentir curiosidad ante un tema tan jugoso? Pues bien, es
cierto que la novela se desarrolla a partir de los gustos sexuales de Christian
Grey. Es cierto que hay roles, juguetes y situaciones que pueden resultar
excitantes. Es cierto que las palabras "amo" y "sumisa" han
retumbado en los oídos de todos, atrayéndonos como una flauta a las ratas de
Hamelin. Y a pesar de esto, parece que nadie ha sido capaz de difundir la
verdadera trama de la obra. Contar solo parte de la verdad desvirtúa
completamente la novela y nos da una idea errónea de ella.
Christian Grey tuvo una
infancia muy problemática. El odio hacia su difunta madre adicta al crack, le
llevó a buscar mujeres que compartieran con ella similitudes físicas, a las que
pudiera castigar, para de alguna forma pagar todo el daño que le había causado.
Estoy harta de escuchar críticas hacía lo que se supone que promueve la
película: la sumisión, el machismo, la violencia, la sexualidad insana...
Casualmente todas ellas proceden de personas que no conocen la historia en
profundidad.
En ningún momento se asume que
las prácticas sexuales de Grey sean algo sano, natural o positivo, pero más
allá de eso, se habla con bastante profundidad del psicólogo que sigue el caso
de Christian. Más que la exaltación del masoquismo, la obra hace una
introspección en sus traumas y apoya y normaliza las terapias y los
tratamientos psicológicos, haciendo hincapié en que todas las barreras que
tenemos en nuestro presente, tienen su causa en el pasado y pueden desaparecer
de nuestro futuro con el trabajo personal adecuado.
La relación romántica con
Anastasia Steele también ha sido motivo de infinidad de comentarios
despectivos. “¿Qué información nos transmite un amor basado en el sometimiento
y la sumisión?” Una vez más, nuestros comentaristas se equivocan. En realidad
la línea de la novela sigue una trayectoria muy diferente: el alejamiento
cuando Christian se deja llevar por sus "sombras", y el apoyo cuando
profundiza en ellas hasta llegar a liberarlas. Su amor radica en la comprensión
y en el afán de superación a un nivel personal, algo que no muchos son
capaces de ver en el título de las cincuenta sombras.
Es curioso que ninguna de estas
escenas aparezcan en la historia llevada al cine. Puede que no convenga
centrarse en el verdadero trasfondo y que sea más beneficioso quedarse con el
lado "atractivo" de la obra. Esto es probablemente lo que nos ha
llevado a tener esta injusta percepción de la obra de E.L. James. A pesar de
esto, no se alejan de la verdad muchos de los comentarios sobre ella, pero las
buenas críticas reconocen los aciertos y exprimen los fallos. Por esa razón
pretendo limpiar, en la medida de lo posible Cincuenta sombras de Grey y partiendo de una base neutral, que cada
cual construya su opinión de una forma libre, al margen de los
condicionamientos que inconscientemente tenemos arraigados.
Sara Sánchez Castro. 2ºB.
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