Gracias a las nuevas máquinas dispensadoras de papel
higiénico con reconocimiento facial, se pondrá fin a 10 años de hurtos de este
producto, en el parque del Templo del Cielo, en Pekín. Esto comenzó en 2007,
cuando las autoridades chinas decidieron suprimir el pago por dicho producto.
Sin embargo, el problema se fue agravando con el paso de los años. Ya se
tomaron medidas preventivas para que el problema disminuyese, con campañas como
la de Weibo (Twitter chino) con la finalidad de concienciar a la población
sobre el uso responsable del papel higiénico de los baños públicos.
Pero, ¿a qué se debe estos hurtos? Según Zhan Dongmie,
investigador de la Academia china de Turismo, “Las personas se llevan papel
principalmente porque les preocupa que no haya más disponible si utilizan el
baño otra vez. Pero si podemos surtirlo en todos los retretes, la mayoría de la
gente ya no se lo llevará”.
Es cierto que esta medida puede parecer demasiado estricta,
sin embargo lo único que tienes que hacer es esperar varios segundos a que la
cámara integrada al dispensador te haga una foto y te proporcione 60 cm de
papel higiénico.
Personalmente no tengo clara mi posición respecto dicho
tema. Por un lado, con la utilización de esta medida, el problema sería
erradicado prácticamente en un 100%. Ádemas,
de que aparentemente el coste sería de cero para el usuario. Sin embargo, las
máquinas la pagan todo los contribuyentes, y no estoy seguro si es más rentable
colocar dichas máquinas en los baños, que la cantidad de papel que se debe reponer
tras un hurto detrás de otro. Por otro lado estos hurtos podrían ser una excusa
para realizar el plan de modernización y construcción de aseos llamado la
``revolución de los baños´´. Este cuenta con un presupuesto millonario, y su
principal objetivo es impulsar el turismo mediante WC de lujo. Se especula que estos dispondrán de Wi-fi, televisores,
sofás... y otros elementos poco frecuentes en un baño público.