Con esta noticia he descubierto que no ha sido hasta 2017 cuando los animales han dejado de ser "cosas" en el Código Civil. El Congreso de los Diputados ha apoyado por unanimidad una proposición de ley por la que insta al Gobierno a promover las reformas legales necesarias para crear una categoría especial en el Código Civil donde se defina a los animales como "seres vivos dotados de sensibilidad".
Como bien dice la noticia esto parecería un progreso de no estar en el siglo XXI. Los animales desde nuestros inicios han formado parte de nuestras vidas y han convivido con nosotros, tanto como animal de trabajo como de compañía. A pesar de lo que muchos piensen, los animales son seres vivos y se les debería tratar como tal. Al considerarlos como cosas es cuando aparece el maltrato, ya que se piensa que cuando uno es el dueño de un animal puede hacer con él lo que quiera. A menudo podemos encontrar en Internet y en la televisión noticias acerca del maltrato y abandono animal, ejemplos son el del caballo Sorky das Pont cuyo dueñó mató a palos al no obtener en una carrera el resultado que él quería o el de los jóvenes que mataron a 72 lechones saltando sobre ellos.
La Guardia Civil gestionó en 2016 más 15.000 denuncias por abandono, golpes y palizas, desnutrición... Esto debería hacernos reflexionar ¿Acaso tenemos el derecho de maltratar e incluso acabar con la vida de otro ser vivo? Por suerte, cada vez hay menos maltrato y, a su vez, el que hay es más visible, esto se debe a que la sensibilización de la sociedad es mayor tanto para una cosa como para otra: para denunciar más y para maltratar menos. Pero pese a que las cifras se han reducido, siguen siendo preocupantes.
Me resulta soprendente el hecho de que se haya tardado tanto en poner en marcha una reforma gracias a la cual se deje de considerar a los animales como cosas para pasar a estar en la categoría que realmente les corresponde, la de seres vivos. Aún sin equiparar a los animales en derechos con los humanos es evidente la necesidad de protegerlos.
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