Los 10 niños más fuertes del mundo

Aunque ya se hace repugnante el constante y obsesivo culto al cuerpo que envenena nuestra sociedad, hemos dado un paso más en esta carrera de la superficialidad para llegar crear niños con cuerpo de culturista. Estos son, los 10 niños más fuertes del mundo. Lo preocupante de esto no es solo el daño físico y psicológico que sufrirán esos niños, el cual no será precisamente pequeño, ya que el excesivo desarrollo muscular a tan temprana edad, provoca una reducción del crecimiento, una importante pérdida de elasticidad y por último, el atrofiamiento de los músculos. Además de la presión a la que sus referentes (ya sean padres o entrenadores) o ellos mismos se someten, siendo completamente insalubre para cualquier niño alcanzar esos niveles tan altos de estrés u obsesión. Pero pensando en un mal mayor, continuamos reduciendo al individuo a un cliché, a una imagen, cada una de un estilo o una corriente diferente, destinada a atraer a un público concreto, pero solo una imagen. Envían mensajes en todas direcciones que topan con nuestro subconsciente y nos dicen: "si no cumples estas características, no vales nada", en esa constante manipulación se basa el capitalismo, impulsándonos a consumir lo que nos ofrezca similitudes con el estereotipo de su catálogo que más nos haya atraído.  Por otra parte, muchos de los interesados en este tipo de anomalía en el desarrollo corporal, solo buscan lo impactante, lo morboso, lo extraño, y disfrutan de observar lo que consideran una desgracia para el otro desde la comodidad de su confortable hogar y su normal cuerpo. ¿Nadie es capaz de no pinchar en el linc?¿De apagar el botón de la televisión o cambiar de canal? ¿De ser consciente de que esa es justo la reacción que esperan conseguir? La cual encamina a esos niños y muchas otras personas con records similares al circo? No tengo ningún tipo de esperanza en que esto cambie, pero si este grito de socorro cala en alguien, solo quiero decirle una cosa: no dejéis que se rompa el vínculo que enlaza lo que pensáis o creéis, con lo que hacéis, porque la falta de coherencia entre el pensamiento y la acción, es la que nos aboca al fracaso. Sara Sánchez Castro