miércoles, 8 de marzo de 2017

Homenajear a las madres con el apellido materno

'Homenajear a las madres con el apellido' Es el título de una de las noticias publicadas el 21 de Febrero por el periódico de tirada nacional 'El País'. 

Y es que este 2016 se han dado 2.953 inscripciones de niños/as nacidos/as con el apellido materno en primer lugar, la cifra más alta de la que se tienen datos, mientras que en 2010 fueron 1.547. El próximo mes de junio entra en vigor una ley aprobada en 2011, por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que pretende “avanzar en la igualdad de género". Con la nueva norma de que los padres deberán especificar el orden, ya no primará el apellido del varón. Tal vez para muchos parezca algo innecesario, pero en la noticia nos cuentan ejemplos que nos hacen comprobar que este tema no está tan aceptado como muchos pensábamos. 

Por ejemplo, una funcionaria se negó a dar de alta a una niña en la seguridad social por apellidarse como su madre en primer lugar. "Tuvimos que demostrarle que había una ley que lo permitía", cuenta la progenitora. En otra ocasión, pidió a la Comunidad de Madrid una beca de guardería. Con la solicitud aportó una copia del libro de familia pero en la lista de concesión de ayudas aparecía su hija con los apellidos al revés, primero el del padre. "Concedieron la beca a una personas que no existía y hubo que repetir el trámite".

Muchos hombres (e incluso mujeres, aunque parezca mentira) han declarado en contra de esta oportunidad hacia las madres, con el argumento de 'el orden de los factores no altera el producto' (haciendo ver que no importa el orden de los apellidos) o que ha de respetarse porque es una vieja tradición. En mi opinión si algo bueno tienen las tradiciones es que no han de ser eternas, ¿qué pasaría si hubiéramos mantenido todas las tradiciones a lo largo de la historia? No hubiéramos avanzado en nada. Si tan poco les importa el orden de los apellidos, ¡qué nos dejen poner el nuestro!
A pesar de la opinión de la que disponga cada uno, frente a la ley los dos progenitores han de estar de acuerdo a la hora de elegir el orden de los apellidos, y en caso de no estarlo, se elegirá el menos común o por sorteo.

No voy a negar que me parece una buena y justa forma de resolver la disputa. Pero hombres, dejen de guiarse por su 'hombría'. El duro embarazo lo sufrimos nosotras en nuestras carnes, que menos que gozar del privilegio de presumir nuestro apellido.



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