jueves, 23 de marzo de 2017

Los juegos del hambre

Game2: Winter es el nombre que le han dado a un nuevo reality en Siberia que consistirá en sobrevivir allí durante nueve meses en condiciones, tanto climáticas como psicológicas, durísimas. Dándole al público una macabra versión del Best Seller de Suzanne Collins, Los juegos del hambre.

Imagino que para sorpresa de todos, algo tan lejano y espeluznante como era la ficticia idea de Suzanne Collins, un reality futurista en el que tributos encerrados en la arena luchan entre ellos para sobrevivir mientras son televisados, va a hacerse realidad. Aunque todos conocemos el primitivo instinto de la humanidad actual de vitorear la violencia gratuita o la desgracia ajena, no puedo evitar que me revuelva el estómago la sed de sangre que contamina nuestra sociedad, impulsándola a unos grados de locura, por lo que se ve, insostenibles. No solo se especifica el derecho legal a asesinar, cuya única intención es una rastrera llamada de atención con un fin lúdico, sin margen de compasión, ni empatía y escupiendo sin pudor sobre las leyes morales, sino que se hace una importante mención a la total libertad de violación. Después de todas las manifestaciones, juicios, y empresas de concienciación, daremos marcha atrás sin frenos, para desandar el camino recorrido, pues las repercusiones sociales que puede producir este morboso y siniestro experimento, no parece rondar en la conciencia de  Yevgeny Pyatkovsky, el organizador y director del reality.
El sistema que utiliza Game2, imitando una vez más Los juegos del hambre, es el de convertir en el único método de supervivencia, gustar al público, como si de algún programa del corazón se tratase, para conseguir patrocinadores, los cuales les proporcionarán recursos para sobrevivir. ¿Atacando? ¿Matando? A pesar de ello, pueden convertir a personas que lleven a cabo dichos actos, en clichés "populares", haciendo de ellos la más nefasta de las imágenes públicas, que no me extrañaría que, tal y como pretenden, acabara siendo la mas comentada e incluso aclamada de todas.

Al ser decisión de los participantes el intervenir o no, algunos podrían pensar que esto exime de culpa tanto al programa como a sus jugadores, ya que el libre albedrío es un derecho inquebrantable. Sin embargo nadie parece pararse a pensar en la manipulación que emana de todo esto, pues tanto las promesas de fama y riqueza como los mensajes enviados directamente a destinatarios con carencias tan fuertes como para necesitar algo así, entran en el subconsciente, se hacen hueco en él, y aprovechan la más mínima oportunidad para empujar a los cerdos al matadero. 

No se cuantas pruebas más hacen falta para dejar de negar lo evidente, el mundo necesita cambios, avances y no retrocesos, altruismo y una dosis de salud mental, pues estos nocivos entretenimientos acabarán por destruir lo que nos queda de humanidad hasta convertirnos en lo que nunca creía que llegaríamos a ser. ¿Cuántas gotas tienen que caer para que nos demos cuenta de que llueve?


Sara Sánchez Castro 2ºB

No hay comentarios:

Publicar un comentario