miércoles, 8 de marzo de 2017

La inteligencia artificial.


 

Google ha conseguido desarrollar una inteligencia artificial que permite determinar el tipo de cancer de un paciente. La máquina cuenta con un software muy avanzado de reconocimiento de imágenes que utiliza una base de datos con millones de imágenes de otros pacientes para averiguar, por comparación, qué variante de la enfermedad está afectando al paciente. Según el informe publicado por la compañía, han desarrollado una inteligencia artificial que puede dar un diagnóstico con un 89% de fiabilidad, lo que contrasta con el 73% de un doctor, cifra que baja hasta el 48% cuando se trata de un diagnóstico entre varios expertos.

 A lo largo de los últimos 35 años, los esfuerzos por producir máquinas pensantes han conseguido una curiosa mezcla de éxitos y fracasos. A raiz de ello ha comenzado un debate extendido mundialmente: ¿Es realmente beneficiosa la Inteligencia Artificial o acabará sustituyéndonos? Hay defensores de una postura y de la contraria pero lo que es seguro es que los robots, androides y otras manifestaciones de la inteligencia artificial van a desencadenar una nueva revolución industrial, que no va a dejar ningún estrato de la sociedad sin tocar.

Esto se puede comprobar con cifras: La Unión Europea calcula que ya hay más de 1,7 millones de robots en el mundo; entre 2010 y 2014, el incremento medio de ventas de robots se situaba en el 17% por año, pero en 2014 este aumento anual llegó hasta el 29%. Así, la robótica se enfrenta al mismo paradigma que las revoluciones industriales desde hace siglos: ¿van a sustituir a los humanos en el trabajo? La respuesta por parte de los expertos es unánime: sí, pero no todos los tipos de empleos. Por ello consideran que  la solución está en la educación: educar a los niños para las tareas que no podrán hacer los robots y no para los trabajos que desempeñarán las máquinas.

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